¡Un lugar de leyenda!

Algunos dirán que los fantasmas no existen… sin embargo, preguntádselo al yuntero de Consell que se topó con uno cuando iba a Algaida. Cuentan que el pobre hombre iba por el camino cuando, de repente, una lechuza que volaba bajo le quitó el sombrero. Desde aquel momento, aquel buen hombre ya iba intranquilo. Aquellos animales eran señal de mal augurio y, por eso, le daban mucho miedo. ¡Estaba tan alterado que le parecía ver lechuzas por todo! Al cabo de un rato, tres sinvergüenzas de Santa Maria quisieron gastarle una broma: uno se disfrazó de fantasmón y salió a su encuentro. Aquel buen hombre se puso a correr y, del susto, ¡todavía no debe haber parado!

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