El oratorio de Sant Llorenç se ubica entre los núcleos de Sa Calobra y Cala Tuent para dar servicio espiritual a la población de ambos. De hecho, según la tradición, los residentes de cada núcleo se sentaban siempre en el mismo lado.

Su construcción data del siglo XIII, pero se reformó en el siglo XVIII y a finales del siglo XX. De este pequeño templo destaca la espadaña que hay en la fachada principal y los arcos de diafragma que se conservan en el interior.