Desde entonces, todas las mañanas me despertaba para que la acompañara a misa. ¡Qué flojera, lasitud del cuerpo sudado entre las sábanas, el sueño pesado! Me levantaba. ¡Quién se atrevía a contradecir a una prima  que había visto a la Purísima! Nos despabilamos los ojos con agua fresca, nos peinábamos de cualquier manera, y a la iglesia corriendo, con frío, y oscuridad, encogidas, de bracete. De vez en cuando en una acera algún hombre se aliviaba la garganta y escupía. maullaban los gatos, lánguidamente; cacareaba un gallo. En el cielo titilaban estrellas. En los tejados, transparencias del alba insinuándose. las casas cerradas, adormecidas, grisáceas, jorobadas. En la iglesia, sólo cuatro beatas viejas, sombras ambiguas en la lobreguez angulosa de los bancos. la capilla, con ásperas columnas de medio arco, enlazadas al techo en una especia de nudo, nublada por la oscuridad de la noche y la claridad del día; la vidriera proyectando azucenillas, como una pelea de colores sobre el suelo de piedra picada. Y, ante el altar, el sacerdote, místico y solemne. Era el confesor de Maria. Y juntos tramaban llevar a todas las chicas del pueblo a unos cursillos espirituales en un monasterio que hay entre montañas, en las afueras de Palma.

39º a l’ombra (39 grados a la sombra), 1968

Traducido por Carlota Oliva.

(Santanyí, 1941). Escritora de novela, narrativa y poesía. Observadora incansable y escritora autodidacta. Combinó el contacto con la literatura y la creación literaria con trabajos diversos en diferentes sectores. En 2000 se dedicó de lleno a la escritura y la lectura. Ha publicado novelas como Ungles perfectes (2007) o Ànima de gos (2011) libros de cuentos y recopilaciones de poesía como Lovely (2009), Sota el paraigua del crit (2013) y Fred als ulls (2015). En 1967 fue galardonada con el premio Sant Jordi por la novela  39º a l’ombra, reeditada en 2002. En 2016 su trayectoria ha sido reconocida con el Premio Nacional de Cultura de la Generalitat de Catalunya.