Rafel Ginard y Bauçà recogió esta glosa, atribuida al reconocido glosador de Llucmajor, Antoni Garau y Vidal "Mestre Lleó".
- Ya le diréis a Lleó
una palabra secreta:
que un hombre que no sabe letra
no puede ser glosador.
- Si ésta no la resuelvo
ya no haré otra canción.
Pues decidle al cuaresmero
Que en el mundo se hizo primero
que la letra, la razón.
Cançoner popular de Mallorca, Rafel Ginard
Recogida en Llucmajor. Traducida por Sebastià Vidal.
Se trata de un poema popular emblemático, recogido por Rafel Ginard en su recopilación del Cançoner popular de Mallorca: una de las colecciones más extensas y completas de folclore que existen. La tradición oral atribuye este poema – llamado genéricamente glosa -, de manera versemblante, a Antoni Garau i Vidal (Llucmajor 1818-1908), conocido con el sobrenombre de Mestre Lleó, y reconocido por su brillante arte de la improvisación y como editor de varias “libretas” de glosas. La más conocida de estas publicaciones es Unions y Desunions / de fets moderns i antics / posat en varias cansons / d'hon poren prenda llisons / ets homos grans i petits / escritas en mallorquí / per Toni Garau / natural de Lluchmajor (1881).
En Mallorca se llama glosa a las unidades de poesía oral que se crean de manera improvisada. Las funciones de las glosas pueden ser varias, en función del contexto o de la intención con la que surgen. A menudo, la improvisación surge como arte en diálogo, en el contexto de los llamados ‘combats de picat’: las glosas son armas para atacar o defenderse de un ataque. Los ‘combates de picat’ solían celebrarse en cafés y tabernas, entre dos glosadores o dos grupos de glosadores, que se lanzaban invectivas improvisadas para goce y disfrute del público. Algunos glosadores llegaron a tener mucha reputación, y eran acompañados y defendidos por un grupo de seguidores que les acompañaban. La glosa reproducida recoge el enfrentamiento entre un predicador y un glosador: debaten sobre la capacidad de un hombre analfabeto era capaz de hacer glosas improvisadas. “En el mundo fue primero la razón que la letra”, zanja Mestre Lleó, rotundo.
Esta es la plaza nueva de Sant Joan, en la que se alza el Centro Católico edificado entre 1919 y 1922 bajo el impulso del rector Francesc Mas Galmés (1878-1953), hijo predilecto de Sant Joan. El edificio y la plaza fueron construídos sobre la rectoría antigua, que se encontraba en estado ruinoso cuando fue derribada. El nuevo edifico contaba con café, teatro, proyector de cine y varias salas destinadas a las asociaciones católicas. La escultura que corona el edificio representa a Fray Lluís Jaume Vallespir, nacido en Sant Joan, misionero en California con fray Junípero Serra. Fray Lluís Jaume Vallespir fue asesinado por los nativos americanos.
La repoblación impulsada por Jaume II de Mallorca en toda la isla desde el 1300 podría ser un hito importante para la articulación del primer núcleo poblacional. La actual iglesia parroquial, que sustituyó en gran parte a la que se había construido a finales del XVI, fue bendecida en 1939. En la época andalusí las actuales tierras santjoaneres formaban un conjunto de alquerías y cobertizos con sistemas de regadío tradicionales. A raíz de la conquista catalana forman parte del lote de tierras correspondientes al rey Jaume I. Se incrementa la agricultura cerealista con una panorama que, con pocas variaciones, casi se mantiene hasta finales del s. XVIII en que aumenta la superficie dedicada a la viña. La estructura agraria es de tipo latifundista hasta muy avanzado el siglo XX y la mayoría de los propietarios no viven en el término municipal. La mayoría de la población se compone de jornaleros. Durante el s. XX el pueblo conoce el desarrollo de una cierta actividad industrial. Cabe destacar la actividad de impulso a la modernización de técnicas agrícolas, de la que puede ser un ejemplo Antoni Oliver de la fincs Els Calderers. En todo el término se pueden encontrar bien conservados elementos de arquitectura popular propia del Pla de Mallorca. También es remarcable la ermita, desgraciadamente en estado ruinoso, de San Onofre, situada en el monte homónimo, que es el punto más alto del término. Sant Joan ha sido prolífico en literatos, entre los que figuran Miquel Gaià Bauçà, Miquel Gaià Sitjar, Climent Picornell y Arnau Company, entre otros.
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