Rememoramos aquí los versos que el maestro y escritor Pere Capellà, bajo el pseudónimo de Mingo Revulgo, escribió en su obra teatral Val més un dit en es front.
Yo quiero ser capitán
de los desheredados del mundo
y con los muertos ávidos poder llegar
donde sea... no muy profundo
Despertar con mis aullidos,
tiritando al sereno,
a todos los que están dormidos
satisfechos y buche lleno.
Y quiero que sea mi lanza,
el rayo que en todos los combates,
ilumine de esperanza
a todos los botarates.
Y sin dejar de luchar,
buscando alas para mi vuelo,
moriré sin doblegar,
mirando al sol del cielo.
Val més un dit en es front, 1953
Traducido por Carlota Oliva. Cantado por Biel Majoral.
Pere Capellà Roca (Algaida, 1907 - Palma, 1954) fue maestro de escuela y escritor, muy conocido, sobre todo por su obra dramática. Era hijo de Llorenç Capellà Garí Batle, uno de los glosadores más conocidos en su tiempo. La obra de Pere Capellà transita entre el costumbrismo y el compromiso político pero siempre ligada a los referentes más próximos a la cultura popular y tradicional de base rural. Muestra de ello es este fragmento de las Cançons republicanes: «Dejad que deje sentir/ la voz del pueblo payés,/ pueblo que no decía nada,/ porque no podía hablar;/ del pueblo que hasta aquí/ sin motivo y sin razón/ ha regado con su sudor/ de la frente, que tan alto puede llevar/ la tierra del Común/ y de ello se aprovecha el señor”. Tras combatir durante la Guerra Civil Española, junto con el bando republicano, pasó unos tres años encarcelado en Alcalá de Henares. Regresó a Mallorca con la libertad condicional en 1943, y retomó la publicación de sus textos en prensa, bajo el pseudónimo de Mingo Revulgo, y estrenó varios textos teatrales. En sus últimos años consiguió gran fama com dramaturgo de obras como L'amo de Son Magraner (1949), Es marquès de sa Rabassa (1953) o El rei Pepet (1954).
El pueblo de Algaida se alza a la sombra del macizo de Randa y en mitad de extensiones de cultivo, en cuyas tierras se aprecian las trazas de varios sistemas de aprovechamiento hidráulico de origen árabe. Los orígenes de la población remiten a la antigua parroquia de Castellitx, aunque más adelante, el crecimiento del núcleo de Algaida forzó a construir una iglesia en el mismo pueblo. En el mismo municipio se encuentran también dos pequeñas aldeas que mantienen la esencia de los pueblos de antaño, Randa y Pina.
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