El salto de la Bella Dona
Escorca

Cunetala leyenda que...

Joan y Catalina vivían en Caimari, una aldea rodeada de bancales con olivos y poderosas montañas. Cada año, subir con toda la familia al santuario de Lluc era una tradición: le ponían una vela a la Mare de Déu de Lluc y rezaban una plegaria ante la imagen de la Virgen morena para que les protegiera. Al salir del templo, compraban unas cintas multicolor y las enganchaban al vestido con un alfiler, como recuerdo de la excursión. Sin embargo, aquel año, el marido dijo que irían los dos solos, sin padres, hermanos, ni primos...

 

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