Desdel mirador de Son Marroig, Julio Cortázar llegó a ver el rayo verde.

Ayer, desde el mirador del Archiduque Luis Salvador, miré una vez más hundirse el sol en el mar. Un amigo mencionó el rayo verde, y me dolió por adelantado que los niños presentes lo esperaran con la misma ansiedad con que yo lo había deseado en mi absurdo horizonte suburbano; ahora sería peor, ahora las condiciones estaban dadas y no habría rayo verde, los padres justificarían de cualquier manera el fiasco para consolar a los pequeños; la vida - así la llaman - marcaría otro punto en su camino hacia el conformismo. Del sol quedaba un último, frágil segmento anaranjado. Lo vimos desaparecer detrás del perfecto borde del mar, envuelto en el halo que aún duraría algunos minutos. Y entonces surgió el rayo verde, no era un rayo sino un fulgor, una chispa instantánea en un punto como de fusión alquímica, de solución heracliteana de elementos. Era una chispa intensamente verde, era un rayo verde aunque no fuera un rayo, era el rayo verde, era Julio Verne murmurándome al oído: ¿Lo viste al fin, gran tonto?

“El rayo verde”. Papeles inesperados, 2009

Recitado por Henar Arribas.

(Brussel·les, 1914 – París, 1984). Julio Cortázar nació en 1914 en Bruselas, donde su padre era funcionario de la embajada argentina, poco después del estallido de la I Guerra Mundial la familia se trasladó a Buenos Aires. Profesor de literatura en diversas instituciones educativas, en 1954 empezó a trabajar como traductor para la UNESCO y trasladó su residencia a París. En su obra destaca Rayuela, publicada en 1963 y que le supuso un amplio reconocimiento de la crítica y una gran aceptación popular. Es una novela innovadora en la técnica narrativa, llena de humor y originalidad. Además de novela, Cortázar escribió cuentos, ensayo, crítica literaria y fue un excelente traductor literario.

El autor descubrió Mallorca gracias a la autora nicaragüense Claribel Alegría y se instaló en su casa de Deià, por primera vez en los años 60. De su estancia en Mallorca dejó constancia en la narración "El rayo verde ", en la que evoca la lectura juvenil de la novela del mismo título de Julio Verne. Un día, contemplando una puesta de sol desde el mirador de Son Marroig, Cortázar fue capaz de ver este rayo verde que le había obsesionado durante años; fue en Mallorca dónde descubrió que las quimeras que se desean y persiguen se pueden hacer realidad. El relato está incluido en el libro Papeles inesperados, editado póstumamente por su primera esposa, Aurora Bernárdez.

En 2009, la primera esposa de Julio Cortázar, Aurora Bernárdez, se encargó de editar un conjunto de textos inéditos llamado Papeles inesperados, entre los que se encuentra el relato El rayo verde. Eran textos escritos con diversos fines, y muestran en conjunto los múltiples registros del autor, su compromiso social y su erudición.

Con El rayo verde, Cortázar nos invita a conectar con uno de los elementos más recurrentes en esta parte de la costa de Tramuntana: la atracción de su puesta de sol, que desde estos parajes se contempla especialmente bella, ya que permite contemplar el contacto del astro con la línea del horizonte. En ese punto exacto se produce el fenómeno científico del rayo verde, popularizado por Verne e invocado por Cortázar en un emotivo relato.