En 1959 Camilo José Cela convocó en Formentor las primeras Conversaciones poéticas.
Las conversaciones de Formentor pretenden un bien posible: el mantenido diálogo, la comunicación inmediata de los poetas españoles sobre el tema eterno de la poesía, ese alado temblorcillo de Dios que vibra en el alma y, a veces, mueve la lengua de algunos hombres, aquellos que, en este caso, cantan, melodiosa y emocionadamente, en la plural y siempre lozana lengua ibérica: el noble castellano de Garcilaso, el sonoro catalán de Maragall, el dulce gallego de Rosalía de Castro, el ingenuo y difícil y campesino euskera de Aizquíbel y de Arana-Goiri. Y en aquellas otras lenguas que, venidas de detrás de los montes y desde más allá de la ancha mar turquí y verde esmeralda, les servirán de contrapunto: igual que el diáfano rumor del campo que se escucha, con los ojos cerrados y la conciencia en calma, tras la ventana abierta [...] Los poetas vendrán a las Conversaciones a conversar y a tomar copitas en amor y compañía. El vino como la luna y los amores imposibles- es buen amigo de los versos.
Papeles de Son Armadans, 1959
(Iria Flavia, 1916 – Madrid, 2002). Nacido en Galicia en una familia acomodada, de padre gallego y madre inglesa, Camilo José Cela es uno de los grandes nombres de la literatura española del XX. Su trayectoria fue reconocida con el máximo galardón, el Premio Nobel de Literatura, en 1989. Sus primeras novelas, La familia de Pascual Duarte (1942) y La colmena (1951), son un retrato amargo de la posguerra en Madrid. Se instaló en Mallorca en 1954 y fundó la revista "Papeles de Son Armadans», junto con Caballero Bonald, Baltasar Porcel y otros. Fue un novelista prolífico, con un estilo que se fue adaptando al tiempo que le tocó vivir. Su producción global tiene interés por la expresividad de la prosa, con un uso ligeramente preciosista del lenguaje. San Camilo, 1936 (1969), recrea su experiencia del Madrid en guerra hasta que consiguió pasar a la zona fascista. La literatura de viajes es otra de las cumbres de su obra, con títulos como Viaje a la Alcarria (1948) o Del Miño al Bidasoa (1953). Entró en la Real Academia Española en 1957 y en 1995 obtuvo el Premio Cervantes, el máximo galardón en lengua castellana.
En Mallorca, Cela creó un importante núcleo de vida literaria conectado a la vanguardia mundial. En 1959 convocó en Formentor, unas Conversaciones poéticas y un Coloquio Internacional de Novela, con la asistencia de voces tan ilustres como Italo Calvino, Marguerite Duras, Vicente Aleixandre o Gil de Biedma.
Adán Diehl fue el argentino que se enamoró de este paisaje y quiso construirse una casa, aunque finalmente se decidió por un hotel. Adquirió los terrenos, que eran propiedad de la familia de Costa y Llobera, entre 1926 y 1928. El entusiasmo y también el crédito de algunos bancos hicieron posible su aventura, pero Diehl se arruinó. La afluencia de algunos visitantes ilustres -Joseph Kessel, Winston Churchill, Francisco Bernareggi, Joan Estelrich, Ramón Gómez de la Serena, Henri de Montherlant- no consiguió que el hotel fuese rentable, y el propietario tuvo en 1934, que huir de Mallorca, perseguido por los acreedores.
En 1959, el escritor Camilo José Cela convocó unas Conversaciones Poéticas en Formentor. Asistieron escritores catalanes (Carles Riba, Blai Bonet, Foix, Miquel Bauçà), castellanos (Blas de Otero), ingleses (Robert Graves) y franceses. En este contexto tuvo lugar una acalorada discusión entre Riba y Graves acerca de la poesía latina y las traducciones de los clásicos. Tal fue el éxito de esta fiesta poética que pudo tener continuidad durante años, hasta que la dictadura franquista, alarmada tal vez por ese ambiente de cultura y libertad, prohibió su celebración, y la iniciativa se trasladó a Corfú.
El hotel continuó siendo lugar de alojamiento de celebridades, como Grace Kelly, Charles Chaplin y muchas otras, hasta nuestros días.
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