En este poema, Miquel Costa i Llobera enfoca la historia de la isla en tono elegíaco, evocando el tiempo de los romanos en este escenario romántico.
Mirad: esa piedra, nido de la muerte,
esta gradería, donde solitario
tan solo se siente el abatido recuerdo,
un tiempo eran teatro y escenario
en que la colonia del poder romano
juntaba un pueblo ruidoso y vario.
Aquí la multitud rió y lloró
a la sombra de gran tela purpurina,
abierta al viento del horizonte lejano,
mientras el sol y el azur marino
veía esfumarse vagarosamente
tus fábulas gentiles, Musa latina.
Poesies, 1885
Traducido por Sebastià Vidal.
(Pollença, 1854 - Palma, 1922). Poeta, prosista y traductor. Gracias al hecho de haber nacido en el seno de una acaudalada familia rural, propietaria, entre otras fincas, de la península de Formentor, pudo ocuparse en exclusiva al cultivo de las letras. En 1885 recogió su producción en Poesías, con influencia de los románticos franceses y españoles. Es en aquella época cuando escribe su poema más conocido «El pino de Formentor», 1875, en el cual la identificación romántica con el paisaje es patente. Más adelante enriqueció su bagaje poético con la lectura atenta de Lamartine, Leopardi y Manzoni, de los que adquirió la preocupación por la forma artística. Su estancia en Roma, donde estudió teología y fue ordenado sacerdote, le permitió comprender la esencia del mundo clásico, que impregna su obra. Es autor de De l’agre de la terra (1897), Tradicions i fantasies (1903) que incluye el poema narrativo "La deixa del geni grec» y Horacianes (1906). Fue más valorado por los jóvenes de principios del siglo XX, que por sus contemporáneos, inmersos en el movimiento modernista. Junto con Joan Alcover ejerció un influjo duradero e intenso en los poetas mallorquines de su tiempo, tanto coetáneos como más jóvenes.
En el poema, Costa resume la historia de Mallorca en un tono elegíaco. El escenario, también romántico, es el teatro romano de Pollentia, sin duda el primer espacio público de ocio de la isla.
Pollentia fue junto con Palma una de las ciudades fundadas por Quinto Cecilio Metelo, en la conquista de la isla en 123 a.c. Más tarde, la decadencia de la ciudad romana provocó incluso la degradación de su topónimo y el actual nombre sea de origen árabe: Alcudia, "la loma".
Aunque las ruinas romanas de la ciudad se conocían desde el siglo XVI, dado que eventualmente aparecían algunos restos, la excavación de Pollentia sólo se inició hasta bien entrado el siglo XX, en la década de 20, y aún hoy en día se mantiene activas. El teatro romano tenía capacidad para más de mil espectadores. Por razones que se desconocen, una vez abandonado, el lugar se convirtió en necrópolis. Hasta donde sabemos, el teatro es la única institución cultural que nos legó la colonización romana. Y ha sido fuente de inspiración para muchos escritores, que aquí, han evocado el esplendor de las artes en la antigua Roma.
Inicia sesión o registrate para participar
Este lugar aún no tiene ningun comentario.