Gaspar Melchor de Jovellanos estuvo confinado en el Castillo de Bellver siete años donde escribió, entre otras muchas obras Memorias histórico-artísticas de arquitectura.

Alguna vez, al volver de mis paseos solitarios, mirandole á la dudosa luz del crepusculo, cortar el altisimo orizonte, se me figura ver un castillo encantado, salido de repente de las entrañas de la tierra: tal como aquellos, que la vehemente imaginacion de Ariosto hacia salir de un soplo del seno de los montes, para prision de algún malhadado caballero. Lleno de ésta ilusion, casi espero oir el son del cuerno, tocado de lo alto de sus albacáras, ó asomar algun gigante para guardar el puente, y aparecer algun otro caballero, que ayudado de su nigromante venga á desencantar aquel desventurado. Lo mas singular es que esta ilusion tiene aqui su poco de verosimilitud: pues sin contar otras aplicaciones, el castillo ha salido todo de las entrañas del cerro que ocupa.

Memorias histórico-artísticas de arquitectura (1805-1808)

(Gijón, 1744 – Puerto Vega, 1811). Gaspar Melchor de Jovellanos fue un político y escritor asturiano. Desde los inicios de su carrera ocupó cargos relacionados con la corte, la política y el ámbito institucional. Escribió numerosos discursos que combinó con las descripciones de monumentos, su labor en la reforma de los estudios y las diferentes reformas que emprende en informes sobre temas de política. Cultivó diversos géneros literarios (como la poesía y el teatro) pero sus escritos principales fueron ensayos de economía, política, agricultura, filosofía y costumbres, todo ello desde el espíritu reformador del despotismo ilustrado. Destacan El Informe sobre la ley agraria, la Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas, las Cartas del viaje de Asturias y varias obras más. En ellas ensalzaba el valor de la razón ante las creencias, planteaba críticas a las políticas del momento, ideas para potenciar el comercio y la industria.

El 1798 fue depuesto por Godoy de su cargo de ministro de Justicia. En 1801 se le cambió el destierro en Cádiz por un lugar más apartado como Mallorca. Después de un período de reclusión en la Cartuja de Valldemossa, en 1802 fue encarcelado en Bellver. La obra Memorias histórico-artísticas de arquitectura fue escrita de 1806 a 1808. Las descripciones y testimonios que aporta constituyen un hito del movimiento de la Ilustración. Asimismo ofrece un cuidadoso análisis de edificios históricos como el castillo de Bellver, la Seo, la Lonja y los conventos de San Francisco y Santo Domingo.

El Castillo de Bellver se inició por orden de Jaime II de Mallorca entorno al año 1300. Su construcción destaca por su situación, a poca distancia del centro de la ciudad y sobre una colina, y por su planta circular. La planta se organiza alrededor del patio central donde hay dos niveles diferenciados por sus arcadas, acogiendo diferentes soluciones arquitectónicas en cada nivel. Cuatro torres completan el recinto, tres adosadas al muro y la torre del Homenaje. En el siglo XVIII el conjunto se convierte en prisión política y militar. Actualmente su interior alberga no solamente la propia historia de la edificación sino también el Museo de Historia de la Ciudad junto con la colección de escultura clásica del cardenal Despuig.