Josep Maria Llompart vivió gran parte de su vida en la calle Llorenç Riber del barrio Pere Garau.
LOS DOMINGOS POR LA TARDE RECIBÍAMOS (VISITAS)
Dejaban los abrigos en el colgador
como quien deja la piel de su propia muerte,
mezquinamente cotidiana.
Bien ligada la máscara - la persona
trágica - sembraban la semilla
de la conversación fonográfica
en el aire de papel
de la sala.
El disco, un poco rayado, tropezaba
de vez en cuando. Se abrían los bostezos;
los abanicos
se cerraban.
Estaba el tío, la tía, las primas
colegialas
La luz de la tarde
comida de polillas.
Yo, solo, en la esquina, sin fijar
mirada a la muerte, jugaba
con soldados de plomo.
Memòries i confessions d’un adolescent de casa bona, 1974
Traducido por Carlota Oliva.
(Palma 1925 – 1993). Crítico y poeta. En sus propias palabras, su primer contacto con la literatura catalana fue la lectura de las Rondallas mallorquinas durante una enfermedad cuando era niño. En los años de posguerra participó en la resistencia cultural contra el régimen franquista, de una forma que se iría haciendo cada vez más comprometida. Colaboró en los "Papeles de Son Armadans" de Camilo J. Cela y trabajó para la Editorial Moll, como crítico y editor. Forma parte de la llamada Generación de los 50 junto con Vidal Alcover, Bernat Vidal i Tomàs, Llorenç Moyà, Manuel Sanchis Guarner, entre otros. De su labor como crítico e historiador de literatura podemos destacar: Literatura moderna a les Balears (1964), Retòrica i poètica (1982), La narrativa a les Illes Balears (1992). De entre sus recopilaciones poéticas destacan Poemes de Mondragó (1961), Memòries i confessions d'un adolescent de casa bona (1974), La capella dels Dolors i altres poemes (1981) y Jerusalem (1990). La poesía de Llompart insiste y profundiza en los mismos temas y motivos, consiguiendo con los años una gran perfección formal. Destacó como divulgador y traductor de poetas galaico-portugueses. Fue presidente de la Obra Cultural Balear (1978-86).
En Memòries i confessions d’un adolescent de casa bona se evocan momentos de infancia y pequeñas historias familiares. El pasado y la lejanía del tiempo están pensados con palabras, gestos, lugares acompañados por sutiles toques irónicos y críticos. La infancia desvanecida y las sensaciones vividas se escriben con la voz interna y personal de quien lo recuerda.
El barrio Pere Garau se sitúa en el ensanche de Palma. Este último nació a raíz de la demolición de las murallas, a principios del siglo XX, entre otros factores por el crecimiento demográfico que experimentaba la ciudad, obligándola a extenderse más allá de las murallas, creando nuevos núcleos. Varios planes urbanísticos han intervenido en la configuración del Ensanche de Palma. El primero de ellos fue el Plan Calvet, que proyectó derribar las murallas e iniciar la urbanización de las nuevas zonas. Las calles y viviendas de Pere Garau tomaron su fisonomía en las primeras décadas del siglo XX. En los años 40 se inauguró el mercado de Pere Garau, que actúa como centro aglutinador del barrio y lugar de referencia para los vecinos.
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