Según la rondalla recogida por Josep Capó, en la sima de Son Pou, había un tesoro escondido.

Esta montaña está vacía. En su interior hay un gran palacio o castillo encantado, con grandes salas y columnas de piedra de mármol de colores, fuentes de agua viva y olla de tinieblas para poner a los osados. Lo habitan siete hadas que velan por el tesoro. Los días de buen sol y las noche claras con luna, duermen, pero siempre hay por lo menos una que vigila el tesoro. Cuando hay tormentas de truenos y relámpagos tienen fiestas con música, danzas y convites en los que no falta nada de las cosas más exquisitas para comer y beber. Los días nublados o con niebla, salen por esas grietas - aunque ya tehe dicho que siempre se queda al menos una para vigilar - para reunirse con hadas y hados de otras regiones. Alguna vez han montado la sesión en las ramas del nogal de Son Pou, en los mirtos de Son Berenguer, o en el almez de Son Torrella. María abandonó el lugar sin saber si estaba despierta o soñando. Lo explicó en casa. Su padre y su madre no sabían si había perdido la chaveta, pero lo repitió tanto que al final dijeron: - No perderemos nada por encender un cirio. Ja veremos qué pasa. Y un domingo, encendieron un cirio de siete libras...

El tresor de l'avenc de Son Pou

Rondalla popular recogida por Josep Capó. Traducida por Carme Castells. Recitado por Mika Noguera.

Durante siglos, la literatura oral se ha nutrido de leyendas, hechos y situaciones que para el pueblo llano tenían una explicación difícil o consideraban especialmente singulares. Las leyendas, a diferencia de los cuentos, presentan una parte real, generalmente referida a unos hechos, unos lugares o a unos personajes históricos; que se mezclan con otra parte fantástica y sobrenatural. Las leyendas de Mallorca explican el origen de los astros y los fenómenos atmosféricos, el comienzo del mundo y de la humanidad, la formación de accidentes topográficos como montañas, cuevas y fuentes o algunas propiedades de las plantas. Las leyendas mallorquinas también nos sitúan en lugares determinados, conocidos personajes sobrenaturales como brujas, hadas, enanitos, gigantes, animales fabulosos, demonios y almas en pena. La religión y los personajes míticos, históricos o ficticios, también tienen su lugar en las historias legendarias de la isla, como por ejemplo, el rey Jaume I o San Vicente Ferrer.

En este caso la leyenda recogida por el especialista Josep Capó, explica la existencia de un tesoro en la sima de Son Pou, escondido dentro de un palacio lujoso y custodiado por una serie de hadas que dificultan el hallazgo ya que por lo menos, siempre hay una vigilando.

El Avenc de Son Pou (sima de Son Pou) es una cavidad natural situada en los dominios del predio del mismo nombre, muy cercano al torrente Coanegra. Tiempos atrás se le llamaba la cueva dels Coloms, la sima de Coanegra o la cueva de Botó. Los primeros descensos por la apertura superior datan del siglo XIX. El túnel de acceso, de más de 50 metros de recorrido, fue proyectado por el escritor y arquitecto Pere d’Alcántara Penya, y construido en 1894. La obra fue realizada para poder extraer los excrementos de paloma, que se utilizaban como adobo, pero la propiedades del lugar, su atmósfera de claroscuro y las formaciones cársticas que presenta han convertido la sima en un lugar legendario e inspiración para poetas.