En su primerar novela, Baltasar Porcel convirtió su pueblo natal en Solnegre.
Cada mañana, al levantarme, abro la ventana: ante mí se extiende Solnegre, un pueblo liberal y rudo, antes trotamundos y hoy anclado a su mar y a su tierra. El reloj del ayuntamiento es de campana y martillo, y debajo tiene el escudo del pueblo: un sol de piedra negra. Las casas están asentadas en el centro de la llanura. Una llanura larga y seca, de cultivos y almendros que al florecer parecen un sueño triste, porque Solnegre debe ser verde brillante o del color del sol y la tierra. Las habas de la llanura son grandes y de buen cocer, como casi todas las legumbres en Solnegre. El trigo y la cebada también crecen bien allí, pero ni hablar de la hortaliza, que es escasa y nada sabrosa.
Solnegre, 1961
Traducido por Carme Castells. Recitado por Mateu Ramon.
(Andratx, 1937 - Barcelona, 2009). Baltasar Porcel es autor de novelas, relatos, libros de viajes, artículos de opinión, entrevistas y teatro. A partir de 1960 se traslada de Andratx a Barcelona, donde emprende con vocación el oficio de escritor. De esta primera época son muy interesantes las entrevistas que publica en las revistas Serra d'Or y Destino. Aunque se estrenó como escritor con una obra dramática, Els condemnats, el centro de su producción literaria es la narrativa. El hombre y sus pasiones son la motivación profunda de sus novelas que transcurrenen diversos escenarios, especialmente Andratx, su pueblo natal. En las novelas de Porcel, el pueblo se identifica con el nombre Solnegre, un espacio mítico. Describe un mundo tradicional, sobre el que construye una particular mitología rural y marítima que le sirve para encarar la profunda transformación de las islas en los últimos cincuenta años.
Solnegre es la primera novela del autor y Premio Ciudad de Palma. La novela, de un modo realista y psicológico traza el retrato del protagonista como alguien quq lleva una existencia casi vegetativa, en un pueblo perdido, hasta que decide enfrentarse a la realidad y decidir su destino.
El núcleo de Andratx aparece documentado por primera vez en 1236, aunque los primeros pobladores de la zona se remontan a la época talayótica. La larga historia de este lugar ha ido imprimiendo una fisonomía característica al municipio y a sus habitantes. Destacan las alquerías de época islámica, las torres de vigía y defensa, que nos hablan de las incursiones de los piratas tan frecuentes en el siglo XVI, dada la proximidad del mar. El predio de Son Mas, antigua alquería árabe, es actualmente la sede del Ayuntamiento.
Agricultura y pesca fueron durante siglos las principales actividades del lugar, pero el incremento de población provocó que a mediados del siglo XIX se iniciase una emigración masiva de andritxols a Cuba, también propiciada por la fábrica de jabón que había en el pueblo y la expectativa de exportar sus productos a Cuba. Durante décadas, el dinero que mandaban a Andratx sus emigrados fue la base de la economía del municipio. Estaban establecidos, sobre todo, en Cienfuegos y Batabanó. Marchaban hacia allí justo al cumplir los 14 años, de manera que Andratx se convirtió en pueblo de ancianos y mujeres. Hacia 1930, la explotación de la esponja en Cuba empezó a entrar en recesión, y junto con la crisis de 1929 y las guerras mundiales, propiciaron el retorno de muchos vecinos, que tuvieron que afrontar la guerra, la pobreza y la miseria moral. Hoy Andratx es un municipio próspero, por la actividad turística y la construcción.
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